El emprendimiento hoy en día, ha ganado una gran importancia por la necesidad de muchas personas de lograr su independencia y estabilidad económica. Los altos niveles de desempleo, y la baja calidad de los empleos existentes, han creado en las personas, la necesidad de generar sus propios recursos, de iniciar sus propios negocios, y pasar de ser empleados a ser empleadores.
Todo esto, sólo es posible, si se tiene un espíritu emprendedor. Se requiere de una gran determinación para renunciar a la “estabilidad” económica que ofrece un empleo y aventurarse como empresario, más aún sí se tiene en cuenta que el empresario no siempre gana como si lo hace el asalariado, que mensualmente tiene asegurado un ingreso mínimo que le permite sobrevivir.
Algunos de los principales riesgos son:
1. Riesgo por Los Cambios del Entorno:
Debes tener claro que la globalización y las comunicaciones hacen que nuestro entorno cambie rápidamente. Eso significa que lo que hoy funciona no necesariamente funcionará dentro de 2 años. La competencia cambia, los clientes cambian, la economía cambia. Por tanto, debes aprender a cambiar y hacerlo con rapidez. Debes ser un emprendedor que lee, que aprende y que se actualiza constantemente para poder mantener su negocio a flote.
2. Riesgo por No Conocer el Negocio:
Muchos emprendedores se sienten inseguros ante la idea de iniciar su empresa por el mismo hecho de que no conocen el funcionamiento del negocio a fondo. Tienen una vaga idea de lo que quieren hacer y el entusiasmo pero no tienen todas las respuestas.
¿Qué hacer? Pues tan sencillo como suena. Debes informarte, documentarte, consultar y convertirte en un experto en el negocio que deseas emprender. No ser un experto en los detalles técnicos (pues esto lo suples con personal adecuado) pero si en los detalles operativos del mismo.
3. Riesgo a Perder tu Dinero:
Quizás este sea uno de los temores comunes más grandes. No saber si se cuenta con la capacidad financiera para sacar el negocio adelante y por tanto a perder tu dinero. Esto puede ocurrir de igual manera sin importar el tamaño de tu negocio pues tanto riesgo corre quien invierte mil dólares como quien invierte cien mil.
Y la única forma inteligente que existe para minimizar este riesgo es tomando lápiz y calculadora en mano para elaborar un presupuesto. Siempre considera como parte de tu planificación un presupuesto de inversión, un presupuesto de gastos mensuales así como una proyección de ventas.
4. ¿Qué hacer si no hay clientes o no hay ventas?
El siguiente factor de riesgo que todos podemos enfrentar es el hecho de abrir las puertas del negocio y que no haya clientes interesados o bien que no haya suficiente volumen de venta para generar ingresos.
Desde luego esto puede poner de punta los pelos a cualquiera. Sin embargo, este riesgo también es manejable. En primer lugar debes realizar un estudio de mercado básico antes de inaugurar tu negocio. Esto te permitirá medir el potencial del mismo sobre la base de precios y variedad de productos que deseas comercializar así como descubrir los principales intereses que tu mercado pueda tener.
El Riesgo es Oportunidad
Como buen empresario, debes entonces saber que el riesgo y sus consecuencias te acompañarán desde antes de abrir las puertas de tu negocio y a lo largo de toda tu experiencia emprendedora.
Los riesgos nunca desaparecerán, solo se reducen y se controlan con preparación, planificación y decisiones firmes tomadas en tiempo. Y aún con todo ello, siempre habrá etapas en las cosas no saldrán conforme a lo planificado y es ahí cuando corresponde analizar templadamente las estrategias y si es necesario, cambiar el rumbo.
Finalmente, debes ver el riesgo como algo positivo que contrario a limitarte te permita ver con mayor agudeza las enormes oportunidades que se te presentan.
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